El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), P. José María Gil Tamayo, informó sobre la Asamblea Plenaria que los Obispos españoles han mantenido entre el 16 y el 20 de abril en la Conferencia Episcopal Española en Madrid.
Entre los temas que trataron los prelados estuvo la formación en los seminarios españoles. “Ciertamente hay una preocupación por la carencia de sacerdotes”, manifestó el vocero, ya que durante el año 2017 fallecieron 397 sacerdotes y se ordenaron 109.
“En la reposición en las tareas pastorales hay un déficit”, aseguró y apuntó que hay que trabajar más “en la pastoral juvenil, familiar y educativa para dar una propuesta clara a los jóvenes de que la opción al sacerdocio es la entrega de la propia vida”.
El P. Gil Tamayo animó a crear “una cultura vocacional” y aseguró que “la Iglesia quiere estar en campaña vocacional permanente”.
Con ocasión del próximo Sínodo sobre los jóvenes que tendrá lugar en el Vaticano en octubre, la Asamblea Plenaria eligió a los prelados que representarán a la CEE.
En este caso los padres sinodales serán el Cardenal Ricardo Blázquez, Presidente de la CEE y Arzobispo de Valladolid; el Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona; y Mons. Carlos Escribano, responsable de Pastoral de Juventud. Como sustituto se ha propuesto a Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián.
Delito contra sentimientos religiosos
El P. José María Gil Tamayo fue preguntado sobre la denuncia que afronta el actor Willy Toledo por un supuesto delito contra los sentimientos religiosos.
El vocero de la CEE aseguró que “la libertad de expresión es un derecho fundamental, pero los derechos fundamentales tienen su limitación en los derechos de los otros y en armonización de los derechos”.
Además subrayó que “también está el derecho a la libertad religiosa y al respeto de los sentimientos, que además nuestra legislación lo recoge en la que debe ser la ordenación de la sociedad, que son las leyes”.
El P. Gil Tamayo insistió en que acatará “lo que diga la justicia” y recordó el comunicado que publicaron de manera conjunta las principales religiones en España en el que pedían “respeto mutuo para creyentes y no creyentes”.
Algo que consideró como “una manifestación de una convivencia en respeto, en una sociedad democrática”.
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